

GLP-1 y el Riesgo de Cáncer: Lo Que Sabemos, Lo Que No y Por Qué Importa
Últimamente he estado navegando la montaña rusa que es la menopausia: aumento de peso, cambios de humor, sueño impredecible y esos cambios metabólicos tercos que ninguna cantidad de alimentación saludable ni caminatas parecen solucionar.
Siempre he sido muy proactiva con mi salud, y cuando empecé a escuchar sobre los medicamentos GLP-1 como Ozempic y Wegovy, que ayudan a perder peso y controlar el azúcar en sangre, me sentí intrigada.
Como muchas mujeres en la mediana edad, me pregunté: ¿Podría esto ayudarme a manejar los cambios que estoy viendo en mi cuerpo? ¿Podría hacer esta transición más llevadera?
Pero antes de tomar cualquier decisión, quise entender bien en qué me estaría metiendo. Una de las cosas que seguía apareciendo en mi investigación era la pregunta sobre el riesgo de cáncer.
Es un tema muy cercano a mi corazón—por razones personales y profesionales—y no podía ignorarlo. Así que me sumergí profundamente en la ciencia, los datos y las preguntas abiertas. Y eso es lo que quiero compartir contigo aquí.
¿Qué es el GLP-1?
GLP-1 significa péptido similar al glucagón tipo 1, una hormona que desempeña un papel clave en la regulación del azúcar en sangre, el apetito y la digestión.
Después de comer, tu intestino libera GLP-1, lo que estimula la insulina, reduce el glucagón (una hormona que eleva el azúcar en sangre), retrasa el vaciado gástrico y le indica a tu cerebro que estás satisfecho.
Los científicos lograron replicar este efecto con medicamentos llamados agonistas del receptor GLP-1. Originalmente desarrollados para personas con diabetes tipo 2, estos medicamentos también han demostrado ser altamente eficaces para la pérdida de peso—tan eficaces que se han convertido en una nueva frontera en el tratamiento de la obesidad.
Ejemplos populares incluyen semaglutida (Ozempic, Wegovy) y tirzepatida (Mounjaro). Los resultados que muchas personas están viendo son difíciles de ignorar: pérdida de peso de dos dígitos, mejor control del azúcar, colesterol más saludable. Suena como un sueño—especialmente durante la menopausia, cuando la grasa corporal parece aparecer de la nada y quedarse para siempre.
Pero aún hay mucho que no sabemos.
GLP-1 y Cáncer: ¿De Dónde Vienen las Preocupaciones?
Los receptores de GLP-1 no solo se encuentran en el páncreas y el intestino, sino también en otros tejidos, incluidos algunos involucrados en el desarrollo del cáncer. Y ahí es donde comienzan las preguntas.
Dependiendo del tipo de tejido y cáncer, activar esos receptores podría ser útil—o potencialmente perjudicial. Hasta ahora, la investigación se ha centrado en varios tipos clave de cáncer, y aquí te explico lo que se ha encontrado:
1. Cáncer de Páncreas
Las primeras preocupaciones sobre los medicamentos GLP-1 y el cáncer de páncreas surgieron hace más de una década, cuando algunos usuarios reportaron pancreatitis. Como la pancreatitis crónica puede aumentar el riesgo de cáncer pancreático, esto encendió las alarmas.
Sin embargo, estudios grandes y meta-análisis recientes no han encontrado una relación fuerte ni consistente entre los GLP-1 y el cáncer de páncreas. Una amplia cohorte en Israel (2009–2017; ~540,000 adultos) no mostró mayor riesgo con estos medicamentos durante 7 años. De hecho, los índices de riesgo fueron más bajos que con insulina basal (de 0.50 a 0.75).
Además, datos de registros clínicos (~4.95 millones de pacientes con diabetes tipo 2, 245,000 con GLP‑1RA) mostraron un menor riesgo de cáncer pancreático comparado con usuarios de insulina, inhibidores DPP-4, SGLT2 o sulfonilureas.
Aun así, vale la pena señalar que la mayoría de estos datos son recientes. Y el cáncer de páncreas suele desarrollarse lentamente. Faltan estudios a más largo plazo.
2. Cáncer de Tiroides
Este es uno de los temas más controversiales. En estudios con roedores, la exposición prolongada a liraglutida o exenatida causó hiperplasia de células C y tumores medulares de tiroides mediante la activación de receptores GLP-1.
Pero—y esto es clave—las células tiroideas humanas no parecen tener la misma densidad de receptores GLP-1 que los roedores. Hasta ahora, estudios grandes en humanos no han mostrado un aumento claro del riesgo. En monos, no se observó proliferación de células C ni con dosis 60 veces mayores a las humanas. Y en más de 5,000 participantes humanos, no se evidenció aumento de calcitonina ni cambios en células C.
Aun así, el panorama a largo plazo sigue siendo incompleto.
3. Cáncer de Mama, Colon y Otros
Algunas investigaciones prometedoras—aunque aún tempranas—sugieren que los medicamentos GLP-1 podrían incluso reducir el riesgo de ciertos cánceres, especialmente los relacionados con obesidad y resistencia a la insulina, como el cáncer de mama y colorrectal.
La teoría es que, al mejorar la salud metabólica—disminuir la insulina, reducir la inflamación, favorecer la pérdida de peso—estos medicamentos podrían hacer que el cuerpo sea menos propenso al crecimiento del cáncer.
Una revisión sistemática de 2025 no encontró aumento global del riesgo de cáncer con GLP‑1RA, y destacó efectos heterogéneos: neutros o incluso protectores en algunos tipos como hígado y próstata, mientras que los efectos en tiroides siguen sin estar claros.
Un estudio retrospectivo en Israel que comparó GLP‑1RA con cirugía bariátrica encontró que los GLP‑1 ofrecían un 41% mayor reducción en el riesgo de cáncer relacionado con obesidad que la cirugía, incluso ajustando por la pérdida de peso.
Es una idea atractiva. Pero por ahora, solo eso: una idea. Los estudios aún son demasiado cortos y muchos no incluyeron personas con antecedentes de cáncer, lo que dificulta sacar conclusiones firmes.
Para Sobrevivientes de Cáncer, el Panorama Es Aún Más Difuso
Si has tenido cáncer—especialmente hormonodependiente como mama o endometrio—todo esto se vuelve aún más complejo. Muchas personas aumentan de peso tras los tratamientos, ya sea por terapias hormonales, esteroides o por el impacto del mismo cáncer. Ese peso extra puede aumentar el riesgo de recurrencia o nuevos cánceres.
Los medicamentos GLP-1 podrían ofrecer una forma de romper ese ciclo. Pero nuevamente, los datos son escasos. La mayoría de los ensayos clínicos excluyen a personas con diagnósticos recientes de cáncer. Por eso, aunque algunos oncólogos los usan con cautela en sobrevivientes, suele hacerse caso por caso, evaluando beneficios y riesgos.
¿Podrían Realmente Ayudar a Prevenir el Cáncer?
Algo que me pareció fascinante es el posible efecto protector de los GLP-1 a largo plazo. Como la obesidad y la resistencia a la insulina son factores de riesgo para al menos 13 tipos de cáncer, cualquier intervención que revierta estos problemas podría, en teoría, reducir el riesgo.
Algunos estudios observacionales ya han comenzado a señalar esto—usuarios de GLP-1 con menos diagnósticos de ciertos cánceres con el tiempo. Pero son investigaciones preliminares que no prueban causa y efecto.
Hasta que tengamos datos rigurosos y a largo plazo, el panorama seguirá incompleto.
Entonces… ¿Hay suficiente Investigación?
¿Sinceramente? Aún no.
El desarrollo y la popularidad de los medicamentos GLP-1 han avanzado más rápido que la ciencia sobre su seguridad a largo plazo—especialmente en relación con el cáncer. Lo que todavía necesitamos incluye:
- Estudios longitudinales de más de una década.
- Mayor claridad sobre tipos de cáncer, y cómo varía el riesgo por edad, genética o estado hormonal.
- Investigaciones específicas en sobrevivientes de cáncer y personas con alto riesgo genético.
La ciencia avanza en la dirección correcta, pero aún no hemos llegado.
Reflexión Final: Mi Opinión Personal
Después de toda la lectura, análisis y reflexión, decidí—por ahora—no empezar un tratamiento con GLP-1. No porque crea que son peligrosos o ineficaces. De hecho, creo que son una de las herramientas más prometedoras que hemos visto para controlar el peso y la salud metabólica.
Pero cuando se trata del riesgo de cáncer a largo plazo—especialmente siendo una mujer en la mediana edad, atravesando cambios hormonales y con antecedentes familiares de cáncer—prefiero tener más datos antes de tomar esa decisión.
Dicho esto, entiendo completamente a quienes eligen lo contrario. Para personas con diabetes, condiciones relacionadas con la obesidad o problemas metabólicos serios, estos medicamentos pueden ser transformadores. Todos debemos evaluar riesgos y beneficios según nuestra historia de salud y prioridades personales.
Estaré muy atenta a la investigación—y quién sabe, tal vez cambie de opinión más adelante. Pero por ahora, sigo apostando por lo básico: comida real, entrenamiento de fuerza, apoyo hormonal cuando es necesario, y mucha compasión para esta etapa de la vida.
Porque la menopausia puede ser inevitable—pero el cambio también. Y merecemos tomar decisiones informadas y empoderadas en cada paso del camino.
Hola
Soy Karen!
He encontrado que mi caminar con cáncer es una experiencia positiva, profunda y transformadora. Me siento inspirada en compartir con ustedes, mi viaje de sanación aquí; y confío en que encontrarás esperanza, aliento y propósito a medida que descubras el poder curativo que vive dentro de ti.
¡Únete
a nuestro boletín!
By signing up for my newsletter, you agree with our Privacy Policy and Terms & Conditions.